sábado, 2 de octubre de 2010

1° historia de psychisch starke Emotionen

BIOGRAFIAS DEL MAS ALLA…


Cuando el final no es mas que el comienzo.

1


La misma luz tenue que reinaba en la habitación desde hace un año, aun se mantenía velando entre los pasillos de aquel hospital que se filtraba durante  aquella taciturna estadía en aquel hombre de la habitación cuatrocientos cuarenta y cuatro, que parecía estar perdido en un sueño que había tenido durado un ciclo.
Ese ciclo había empezado a partir de un año atrás, el doce de abril del dos mil nueve por razones que los médicos a cargo del frágil hombre no permitían saber a sus visitantes, pero la única respuesta que se escuchaba era una repetitiva oración: “ pobre hombre, lo único que se puede decir que es mejor que siga con ese sueño a que sepa que lo a perdido todo”… aquel individuo no sabia nada, no podría reclamar al medico ni enfermera que digiera eso en sus narices ya que desde su llegada había caído en coma, de hay no había salido.

Tal vez era desesperante no poder sentir nada, oír o poder por lo menos dibujar una simple sonrisa…¿aquello era lo mas difícil…o la realidad que sentiría al despertar seria mas ardua de confrontar?

-         Amor, amor despierta. Aun tienes algo que hacer… amor, se te hace tarde- la suave voz de una mujer se oía lejos, pero se sentía tan cerca.
-         ¿Alison?... ¿eres tu?- el hombre removía los cabellos azabaches que cubrían parte de su frente, estaba cansado apenas si podía divisar un par de siluetas que se acercaban.
-         …¡papá!..- una niña pequeña  acompañaba a la mujer, escudriñando alguna reacción del hombre.



Pero este se mantuvo algo confundido ante el hecho, su mirada añil se perdió ante esa visión, era cierto todo aquello era realidad nada mas que eso. Lentamente su cuerpo enfermo se puso de pie, vestía todo de negro lo que resaltaba su anémica piel se mantuvo de pie quieto y expectante.
La madre junto su hija se detuvo a unos escasos centímetros de el, pero ninguno dio otro paso se miraron fijamente. Los ojos deslucidos de la mujer parecían perderse en la distancia junto con los de la pequeña niña.

-         Alison… Alanís- el hombre nuevamente volvió a pronunciar palabra, aun que hizo una pausa- ustedes… como la familia que fueron para mi es importante que se ...
-         ¿nos amas a mi y a tu hija?- fue una pregunta que abatió la finalización de la frase del hombre- ¿oh no? Mi amado,  Alix.
-         Si papá nos ama mas que a nada- ahora la quien ya se sabia que era Alanís volvía hablar quedamente a su progenitor- y por eso vendrás con nosotras.

Las dos mujeres iban a continuar avanzando, pero algo las detuvo en seco una energía que provenía de Alix. Su cabeza estaba baja no movía ningún musculo, pero las dos mujeres se abrazaron lentamente, hija a madre se tomaban tiernamente en brazos.

-         No avancen mas…- replico el hombre que desprendí un excepcional fulgor de su cuerpo- para mi fueron las mujeres mas importantes de mi vida y siempre tendrán algo en mi que no se borra nunca… pero están muertas y para mi ya no son mas que otros fantasmas, que puede destruir.
-         Sabia que ibas hacer lo correcto, Alix. Aun que me decepciona no podernos quedar mas tiempo juntos para ver una vida de pareja con nuestra hija- la mujer paro y susurro algo al oído a la niña que de inmediato envió una vistazo a su padre.
-         Papi… tú cuidaste de mí y yo cuidare de ti, nuestra muerte fue inesperada ¿verdad papi? Nadie se imaginaba que después de tu accidente y que calleras en coma nos esperaría ese final papi.

Alix tomo a la niña de la cabeza, dando paso a un  desaliento salir de su alma era claro que como niña no sabia nada pero querría que se fuera sabiendo la verdad…¿la verdad o la mentira que es la mas viable de las salidas? Ancándose  junto a su esposa e hija, que ahora ya era solo una nube de lo que habían sido.

-         Yo ya sabia mucho antes que todo esto ocurriría, sabia que aquel día caería una gran tormenta que cerraría calles, sabia que tu Alison no te detendrías a pasar aquel puente en el auto aun sabiendo que la corriente y la estructura era débil, siempre fuiste muy obstinada- el hombre miro el rostro de la mujer que tenia un dejo de tristeza y de alegría ante ese hecho- pero la corriente se las llevo y tu luchaste por sacarte salva y sana junto con nuestra niña de aquella corriente, pero un con tu fuerza la corriente de venció…y murieron, lo demás es historia.
-         Alix, aun así te amo y si encuentras a otra mujer a quien amar, asístela como si ella fuera tu única razón de vida- la mujer sonrió, mientras con su hija en brazos se despedazaba en pequeños destellos.
-         Papi, siempre te querré y no se te olvide que aun hay algo que hacer... este nuestro ultimo adiós- la niña rozo la frente de su padre con un delicado rose que causo su explosión en cientas de luces, las dos se habían marchado.

Las luces faltantes se arremolinaban en círculos entorno a Alix, lentamente las destellantes bolas de luz lo cubrieron todo dejando una candor  fantasmal. Había alguien mas en esa habitación, pero su cuerpo no tenia la fuerza para percibirlo y menos ponerse de pie para hacer frente a lo que fuera.
Lentamente aquel candor fue tomando forma de una noche oscura, que había pasado tal vez hace mucho tiempo…lentamente todo tomaba forma, todo ya se iba haciendo mas razonable. El abrió nuevamente los ojos y esta vez estaba en el interior de un auto, este vehículo le era familiar  por lo cual sus instintos le indicaron que volteara a observar el accidento del chofer.

-         Vamos, Alix es buena hora para ir al hotel de paso que esta a unos kilómetros y sobre todo queda cerca de donde tenemos al fantasma- ese hombre que le hablaba placenteramente como si supiera perfectamente quien es- así que jefe no te enojes.
-         …Liang…-  el apenas logro argumentar el nombre de aquel que le acompañaba, pero este parecía seguir con una conversación imaginaria.

Todo empezaba a correr en su mente, fue aquella irrevocable noche. Voltio a mirara el reloj del tablero marcaba las tres de la madrugada, con aquellos numeritos que titilaban de un color azul brillante y junto a este la fecha 12/04/09 resplandecía de igual manera. Sus ojos se perdían una y otra vez en el rostro de su acompañante quien solo miraba a la distancia y proseguía con su sermón ficticio.

-         Se ve que aun tenemos mucho que esperar, es una pena que alguien tenga un fatal incidente en este lugar tan lejos de algún centro de ayuda- por primera vez el hombre había girado el rostro para encararlo.
-         Si…Liang… ¡la niña!…- toda su atención se fue hacia una luz perturbadora que iba  directo a hacia ellos, un reflejo fue darle la ultima mirada a su acompañante quien le miraba.
-         Lo lamento, Alix- sus palabras y su voz fue absorbida por la luz que provenía de un tráiler que se estrello directamente contra su vehículo.

Su instinto natural fue cubrir su rostro, pero unas milésimas antes de que perdiera toda visión de lo que tenia ante el vio a una niña con un rasgado vestido azul y linda cabellera dorada, pero su cara se conservó en la penumbra. Minutos después solo se escucha un silencio de ultratumba, el ahora ya no estaba en aquella película repetitiva si no que miraba como un espectador. Inicio un lento avance hacia lo que era la imagen del vehículo destrozado, en su interior ya hacia el cadáver de su compañero… aun así el se mantuvo al margen.

Prosiguió hasta que cinco pasos mas se topo consigo, observo ecuánime como respiraba forzadamente a causa del esfuerzo hecho para salir del vehículo y por una que otra contusiones interna que indicaban a causar estragos en su sistema. Aquel cuerpo estaba frágil y desprotegido, se miraba y aun así era tan insospechado que el sobreviviría a tan fatal impacto cuando volvía a repasar el auto que tenia la facia destrozada.

-         Veo que no moriste… que hombre mas extraño- era el espíritu de la niña que se acercaba flotando entre pedazos de auto y asfalto.

El seguía con atención la película, inmóvil sin saber que reacción seria la apropiada ya que nadie sabía ni el mismo de cómo reaccionar ante este tipo de visiones los cuales repetían tal vez la posible muerte de quien los miraba en ese estado de inconsciencia.
 Cuando una fuerte carga eléctrica detuvo en seco el espectro de esa niña, como a esta primera le impacto a el le sobre vino una ira desgarrante “ esa pequeña criatura había causado tanto caos solo por una venganza” 

-         Eres increíble, aun que estas al borde de la muerte sigues teniendo esa fuerza tan interesante… tu me ayudaras- la niña se inclino ante este para  iniciar una danza con sus subes llamas de los dedos por el rostro del hombre.
-         No me toques…solo déjame- sus ojos luchaban por no cerrarse y evitar ese sueño eterno, que lo abrazaba mas y mas.
Cuando se escucho la risita hostigosa de aquel fantasma que se mesclo con el sonido de las sirenas de las ambulancias y patrullas que empezaban a rodear el área.  Las luces cegadoras se reflejaban contra su rostro desdibujando la imagen que tenia al frente, solo permitiéndole ver su cuerpo débil que se entregaba al estado vegetativo en el que aun permanecía.
Ya estaba arto de que todo ese tiempo estando atrapado en aquel estado había su mente repetido una y otra vez el mismo sueño, el mismo desastre que ya le había atestado la cabeza.

Cuando concentro sus sentidos empezó a escuchar diversos sonidos de maquinas en la habitación el sonar de su propia respiración cansada y deteriorada, sintió como sus dedos despertaban aletargados después de estar tanto tiempo inmóviles. Así  lentamente  inicio abrir los ojos, para pesadamente enfocar lo que tenia a su alrededor no se sorprendió mucho  ya que se lo había podido imaginar.

-         Mira quien despertó, después de armar cada desastre… sigo pensando que es un hombre sorprendente- era la niña fantasma que seguía paseándose en la habitación.
-         ¿Qué haces tu aquí?, ¿Cuáles tu nombre y que es lo que quieres? Contesta antes de que tome la decisión de mandarte de regreso al más allá.
-         Huy que carácter, me llamo Higurashi Kagami y estoy aquí por que eres el único que puede ayudarme- de un momento a otro su cuerpo apareció al lado de Alix, prosiguió una mirada indiscreta.
-         No soy alguien que te ayude a una simple venganza… lo sabes- evito mostrarse apacible con la mencionada.
-         ¡no! Yo lo único que quiero es que ayudes a sacar a mi padre de prisión… el no tubo la culpa de aquello… y tu lo sabes…- la criatura estaba apunto de berrear y llorara frenéticamente.


Alix la miro dudoso y al mismo tiempo entretenido, ¿Cómo era posible que tan tierna cosita fuera capaz de matar a cuanto viajante pasara por aquel kilometro? Tenia ganas de cazar su alma, eso estaba acostumbrado a hacer y claro era su trabajo de tiempo completo, pero algo en ella le recordó a lo inocente hija de cuatro años Alanís.

-         Y pos cierto, ¿de que desastre me hablas?- Alix inicio a averiguar donde se encontraba y que era todo aquello que le rodeaba a parte de esas cuatro paredes blancas del cuarto.
-         Estabas en coma eso es cierto, pero cada vez que soñabas lo que soñabas iniciabas a mover cosas, hacerlas levitar bueno hacías un sorprendente caos que dejaba a la habitación como si hubiese pasado un huracán. Pero no fue todo una de esas sacaste volando a un hombre joven que te intentaba calmar… bueno- la niña estallo en pequeñas risitas que al hombre le provoco un retraimiento  poco visible.
-         Entiendo, de seguro hablas de Lin…- levanto una mano cuidadosamente y se quito la mascarilla de oxigeno y la sostuvo en su mano.

Cuando de nuevo el fulgor se desprendía de su cuerpo en proporciones gigantes, alumbrado la habitación y los objetos iniciaban a flotar entorno a el. Esto entretenía y dejaba anonadada a la pequeña que le miraba realmente entretenida aquella situación, aun desde su pequeña mente eso era cosa de magia una magia que era realmente sorprendente.

El espectáculo termino cuando la puerta de una sala contigua a la habitación de Alix se abrió de un golpe, causando gran estruendo que desconcentro al magnifico mago. De la puerta recientemente abierta salió veloz un hombre de unos aproximados treinta y siete años que fue a socorrerle.
-         ¡Alix, ¿Qué demonios haces?! Despiertas del coma aun débil que prefieres jugar con la niña, a llamar y ponte eso-  Lin se había vuelto un hombre demasiado protector con su jefe, había perdido a su hermano mayor Liang en aquel accidente no querría perder a otro mas.
-         No, no jugaba con ella solo querría que no llorara seria un fastidio- de nuevo se había tornado frio y detestable.
-         Esta bien, regreso voy por los médicos- salió de la habitación, después de eso todo volvió a caer en el silencio que era cordato por un pitar de la maquina.

Alix volvió a recargar su cabeza contra la almohada, quería reposar un poco mas aun se sentía enfermo  pero tal vez era una de las cosas que le acompañarían desde ese momento, cuando ello una rápida ojeada a sus lados vio las maquinas y una mesita que tenia recortes de noticias que de seguro Lin había dejado hay, estas les llamaron la atención y las tomo.
Una era de hace cuatro años la fecha estaba en una esquina casi desdibujada y decía doce de octubre del dos mil siete, la nota la guardo bajo la almohada y prosiguió con las demás. Una era la de su accidente y la otra era la de la muerte de su esposa, nada le sorprendió hasta que los médicos entraron junto con barias enfermeras.

-         ¡ esto es sorpréndete, es la primera vez en toda mi carrera que un paciente me causa tantos problemas aun estando en coma y despierta de esta como si nada!- doctor se veía viejo y experto pero aun sorprendido ante el hecho.
-         Lo lamentamos mucho, doctor Arakawa espero que no haya sido una molestia- Lin se encargaba de atender al médico mientras las enfermeras checaban y retiraban una que otra cosa del cuerpo de Alix.
-         No ninguna molestia, mas bien fue un privilegio estar con una persona tan famosa como lo es usted señor Davis- el medico inicio se revisión sin mas distracciones, entre mas le checaba este mas se quedaba impactado por el estado de su paciente.

Las enfermeras que un hacían arremolinamiento alrededor de Davis, cuando escullaron su apellido se pusieron a cuchichear una que otra cosa que a los oídos de ninguno llegaba pero solo, solo que del anfitrión no escapaba nada y este lanzaba una que otra mirada discreta a las cuatro enfermeras.

-         Gracias, señoritas pero soy viudo y por el momento mi trabajo es mi única pasión…- lanzo una risita sarcástica que entumeció a las cuatro damas en busca de pretendiente.
-         Es usted realmente alguien  admirable, por el momento ya podrá pasar a piso de hay tal vez salga pasando estos cuatro días. Claro sin que antes se le presente una complicación- lentamente las enfermeras se movilizaron para trasladar a piso a Alix.

Una de las señoritas enfermeras se le acerco a Davis quien parecía ignorarla a primera instancia , hasta que esta le empezó a quitar alguno que otro cable del electrocardiograma y otros que los acomodaba cuidadosamente.

-         ¿usted, cuantos años tiene?... es que se ve muy joven para ser viudo- la enfermera entablaba una platica para que el paciente se sintiera mas cómodo en su presencia
-         … creo que tengo veintinueve, al no ser que…- viajo su mirada alrededor del cuarto buscando un calendario algo que le indicara que en que mundo vivía.
-         Si, busca la fecha estamos a doce de marzo del dos mil diez y decía eso quiere decir que usted a estado un año en coma señor Davis- la enfermera lo de un tono muy ameno y tranquilo sabia que este tipo de personas tenían que sentirse mejor y que tal vez les seria imposible de creer.

Un año, era una cosa fácil de decir pero de algún modo había removido algo en sus entrañas. Había pasado un año sin hacer nada, lo mas seguro era que el trabajo se les hubiese juntado y que varios aniversarios hubiesen pasado de alto, pero al fin dio con el clavo y era que la investigación de que encontrara el cuerpo de esa persona tan cercana a el.
Hecho su rostro para tras, tapando sus ojos con las manos su cuerpo aun estaba exhausto y lentamente se perdió en una nube negra de pesadez y así no volvió abrir los ojos, el debilidad le había ganado.

Reiteradamente se sentía flotar pero al mismo tiempo algo lo obligaba a abrir los ojos, sus intuiciones le hizo obedecer esta señal de su organismo no se sentía perdido en la nada a lo que era la diferencia de estar en coma y enfrentando de nuevo aquello que desde hace cuatro años… su mente de algún modo se había obsesionado con aquella situación y tal vez era por que no tenia menor duda de que el cuerpo de aquella persona estaba en aquel lago ¿pero como era posible que las autoridades no habían sido aptos de encontrarle?

La lluvia golpeaba su rostro, deslizando sus cabellos negros sobre su cara y pegando las ropas a este, era una noche fría y tal vez de octubre se escullaba uno que otro grillo trinar a la distancia, todo era relajante. Más allá se escuchaba uno que otro auto transitar y el titilar de un semáforo que marcaba rojo y verde. Todo los observaba desde arriba, pero era como una visión bajo un velo verde esto era que era una visión de alguien quien había muerto ya que desde el primer momento lo había deducido, hace cuatro años.

Era un joven de unos veintiocho años, que bestia totalmente de negro miraba de un lado al otro algo impaciente tal vez era porque su transporte ya había tardado mucho en pasar, miraba repetitivamente el reloj que tenia en su muñeca y suspiraba levemente, era mas que obvio que estaba desesperado.
Alix por igual se arto de estar desde lo alto y se acerco un poco mas aquel individuo que miraba dudoso si cruzar la calle y buscar un lugar mas concurrido por la gente de esa zona, cuando el móvil de aquel sujeto sonó desde el bolsillo de su gabardina, lo tomo y tranquilamente deslizando la tapa contesto:

-         ¿Quién habla?- la voz del otro lado se escuchaba algo disgusta por las muecas de quien era el interlocutor- oh hermano, vamos estoy bien ¿Qué me podría pasar? A demás solo vine a Tokio para ver como ven eso de la parapsicología… y mejor preocúpate por  tu hija.

Nuevamente parecía que el omiso de la llamada reclama una y otra vez alguna situación que se estaba dando entre estos, mas el sujeto que mantenía la llamada no hacia nada mas que negar o aceptar una que otra cosa con un simple aja, un aja que ya había puesto de malas a Alix, que aun permanecía como espectador.

-         Vamos hermano, créeme estoy muy bien y claro no se te olvide que igual tengo mis habilidades psíquicas… y si llegara a pasar algo pues te avisaría de inmediato, ¡ya duérmete que tienes que trabajar!- colgó de manera violenta el celular y lo guardo algo disgustado en su bolsillo.
-         Eres hartarte…- musitaba una y otra vez Alix, que aun sabiendo que no le escucharía el repetía esto.

Esta vez el extraño de ojos índigos y de similar aspecto. Decidió cruzar la calle aun manteniéndose el alto, seguro de que con esa señal nada ocurriría inicio su avance lentamente arrastrando una pequeña maleta que portaba tal vez a un lado y a otro ya que se veía muy cómodo con ella, todo trascurría a la perfección hasta que un auto impacto contra este proyectándolo a un metro del paso de peatones y la maleta se había perdido entre los arbustos, aquel hombre ya hacia en el pavimento con múltiples heridas estaba muriendo pero aun tenia fuerzas para respirar.
Una mujer se acercaba horrorizada y con ella se acercaba Alix, quien miraba helado la imagen este sueño lo había tenido hace mas de cuatro años no había manera que después de tanto tiempo regresara a su memoria… y un estallido llego a su memora, tal vez era por que era hora de salir de hay y buscar a esa mujer.

Esa extraña mujer se dirijo casi corriendo al auto, arranco y poniendo el motor a todo lo que daba se fue nuevamente contra el hombre que ya hacia en el suelo y así le mato, esta apresurada saco una tela blanca de la cajuela de su auto esta parecía una sabana y con ella envolvió el cuerpo que aun tenia sangre que emanaban de las heridas causadas por el impacto. Con esfuerzo metió al cadáver envuelto en la sabana a su auto y prendió marcha, mientras el auto andaba a una dirección desconocida Alix los seguía a cierta distancia.

-         Tengo que poner atención, tal vez sea un mapa… un lugar preciso…- nuevamente la mujer paro y saco cuidadosamente al cuerpo de su auto.

Ante ellos ya hacia un profundo lago que tenia en el la luna reflejada y se hacían pequeñas ondas, arrastrando el cuerpo por el barro que se había formado por la lluvia le llevo directo a una de las orillas de este y lentamente rodando el féretro le empujo, al primer contacto del lago se expandieron leves olas y el aire se arremolino violentamente en la pradera que hacían ante el lago.
Alix tenia los ojos abiertos de pare en par, ahora recordaba que una hora después de tener aquel mismo sueño había informado a las autoridades de aquel lugar que habían arrojado un cuerpo aquel lago y había sido una mujer quien le había arrollado con su vehículo, las autoridades buscaron por doce horas en las cuales no encontraron nada… ¿Dónde se hallaba?
-         ¡¡Gene!!- logro despertar, inmediatamente reacciono aturdido ante una leve resolana que  surgía por las cortinas de la habitación.
-         Davis, estas bien ¿Qué ocurrió?- era Lin, quien desde que entro al hospital había cuidado de el y se había mantenido al pendiente de todo lo que le ocurriese.

Alix acomodo su cuerpo en la cama ya que había quedado  agotado después de aquella visión y con esta le acompañaba una respiración entrecortada, miraba de un lado al otro buscando la razón de la cual su cuerpo ahora ya no soportaba tanto tiempo maniobrando su propia energía tal vez era por los daños inalterables de aquel accidente, en el cual había muerto el  hermano mayor de Lin.

-         Estoy bien, Lin. Solo que me urge estar de pie ya no resisto un segundo mas estar atado a este hospital… ya no quiero- su voz se despedazó, aun que el no quisiera tenia que cumplir lo que el medico dijera.
-         A veces pareces un niño pequeño, ¿lo sabias, Alix?, por eso tome la decisión de quedarme a tu lado, hay veces que haces cosas inútiles solo por tus impulsos- nuevamente se coloco en el sofá que estaba en el ala izquierda del cuarto, junto enfrente de la ventana.

Mientras Lin se distaría echando miradas furtivas entre la cortina que cubría la enorme ventana, Alix comprendía ya no era el único que estaba harto de estar en ese lugar pero el otro hombre no se había quejado en todo el tiempo mientras le cuido y esto merecía un merito. Con un poco de su esfuerzo se agarro del tuvo que sostenía las solución que tenia por sueros por fortuna tenían llantas así que no se le dificulto avanzar.

-         Kagami, si quieres acompaña me ya que Lin se a quedado dormido- el hombre siguió caminado cuando repentinamente el espíritu de la nombrada apareció.
-         ¿Qué planeas, escaparte del hospital?- decía algo dichosa la niña- ya estaba harta de solo verte roncar y de que Lin me corriera a cada rato.

Pero ante esta pregunta Alix no contesto, solo volteaba con cuidado para avanzar lentamente por el pasillo con su fantasmagórica amiga. Se sentía mejor, después de un año era la primera vez que andaba por su cuenta y aun que sus músculos parecían no estar en buen estado se movía negándose a perder el paso ya que si quería seguir con su investigación personal, primero tenia que salir de hay.

-         ¿Qué, es lo que buscas?- pregunto Kagami quien miraba tras las paredes y sobre estas, por fortuna nadie lograba percibirla.
-         Yo no busco nada en este lugar. Aquí no lo encontraría, mi razón por la cual vine a Tokio… aquí no esta, estoy seguro- sigo por el pasillo hasta que algo robo su atención por completo, era un niño que se escondía tras algunos asientos de espera que estaban colocados para algunos visitantes en el pasillo.


Aquel niño movía los asientos de manera que algunos de los visitantes y pacientes salían despavoridos del lugar. El niño lo único que hacia era reír divertido ante el hecho pero de pronto sintió la mirada de su mayor, esto detuvo su risa ya que nadie en aquel hospital parecía verlo pero aquel extraño hombre que iba acompañado por una niña que se le igualaba lo miraba con cierta repulsión en aquellos ojos índigos que denotaron mas la curiosidad del niño.

Este niño rompió la distancia que había entre este para acercarse aquel adulto que había roto su tan preciada diversión- ¿Quién eres tu? Por que no eres como los demás que solo me ignoran… dime hombre extraño…- concluyo, mientras en sus brazos arrullaba repetidas veces a un espectral osos de felpa azul que parecía no tener ojos y se veía desgastado por el paso de los años.

-         Mi nombre es algo que a ti no te importa- dijo de manera cortante mientras proseguía con su mirada fulmínate sobre la criatura.
-         ¡¡me importa mucho!! ¡¡porque estas en mi pasillo, mío!!...¡¿entiendes?!- al momento que el niño inicio con su rabieta, las lámparas del techo empezaron prenderse y apagarse consecutivamente.

Varios de los presentes se fueron arrinconado a los extremos del pasillo, mientras barias enfermeras y médicos presentes intentaban calmar los nervios en el lugar. Alix examino inmediatamente la situación, ese niño no estaba jugando y esto causaba gran peligro algunos que se encantaban en ese sitio.

-         Kagami, ve y despierta a Lin ¡rápido!- el hombre luchaba por no estar de pie ante aquel fantasma que estaba furioso y la razón la reclamaría, para luego enviarlo a donde tenia que estar- ¿dime, porque te has quedado aquí? contéstame.
-         Mi mami me trajo al hospital…jeje porque dacia que estaba enfermo jejeje, pero en verdad yo no tenia ¡nada!- una segunda sacudida certera estrello a Alix contra el piso collendo y con el los sueros- estaba bien, hasta que esa enfermera me coloco ese suero- el niño apunto a una señorita que se ocultaba entre la multitud.

Alix que voltio con curiosidad a ver a quien apuntaba el niño, era la misma sináptica enfermera que le había atendido la noche anterior a la que el había salido de coma y dado así una rápida mirada  a la demás audiencia, que le miraba atemorizada y sorprendida y entre esta se escucha uno que otro murmullo “ya ves, habla con alguien invisible”, “ no, habla con el fantasma del niño del pasillo, ¿Qué no te sabes la leyenda?”, “de seguro es el famoso investigador Ingles” así entre la multitud los susurros se perdían hasta hacer una masa de voces irreconocibles.

-         Y después mi cuerpo tembló incontrolablemente… después no vi a mamá por ningún lugar me había abandonado, los doctores me habían puesto una sabana y vi a mamá buscarme en el pasillo pero… ¡ella no me vio!!- gritaba una y otra vez, mientras su rostro se deformaba mas y mas hasta hacerse una terrorífica mueca- y ahora le toca a ella pagar.
-         Nadie aquí te debe nada mocoso-con un esfuerzo sobrehumano, nuevamente Alix se puso de pie y colocando sus manos para un ataque directo al espectro que tenia enfrente, el  ya le había hartado.
-         Na-mo-Am-ita-bha-Bud-dha- de estas palabras salió un resplandor azul que envolvió al niño en un tipo de red.
Alix quien estaba en el piso voltio e inmediato para ver quien era quien le había rescatado, y no era nada mas y nada menos que Lin junto con Kagami que había cumplido ir por el mas fiel trabajador de quien hacia el piso.

-         Yo solo quería estar con mi mamá…- el niño lloraba y mientras mas presión ejercían las liantas de aquel hechizo el cuerpo del niño mas se purificaba y así podría pasar al mas allá y descansar
-         ¡esperen!- la enfermera salió corriendo en dirección del niño quien al inicio intento atacar pero después se calmo dejando que esta se le acercara-quiero decirle algo… tal vez ayude ¿puedo?
-         Adelante, señorita- le permitió Alix quien estaba siendo atendido ya por Lin que estaba a su lado.

La señorita saco un pañuelo de su bolsillo y se lo dio al niño, quien al inicio no quiso recibirlo ya después lo tomo con cautela y se sonó la nariz. La mujer que estaba ante el intentaba verse lo mas amigable para este, ya no querría provocar otro arrebato en el niño y desatar el caos en el pasillo nuevamente.

-         Cuando llegamos la primera vez al hospital, ¿te acuerdas?- pregunto dulce la mujer al tímido niño quien solo afirmo con la cabeza- ese día estabas muy enfermo y tenias mucha calentura, recuerdo que me conto papá que te dolía la cabeza y que no habías comido nada hasta que yo no llegara a casa…
-         … si mamá… ¿pero ahora, porque si me ves?- pregunto el niño curioso de lo que le ocurría.
-         No lo se, de seguro fue algo que hizo ese señor- señalo al a Lin y nuevamente retomo la charla con el espectro- si pero te desmayaste en casa y papá llamo a la ambulancia que fue rápidamente por ti, me avisaron cuando llegaste que habías sufrido un ataque epiléptico y que estabas muy mal… lamento haberte dejado pero pensé que me daría tiempo de ir por el medico y encontrarte bien… pero me equivoque, yo nunca te abandonaría.

La mujer abrazo al niño que estaba algo afligido por ver aquella mujer tan preocupada por el, sus brazos soltaron al oso y abrazo a la mujer que estaba tiernamente unida a el, Alix y Lin seguían viendo aun y junto con los demás sorprendidos sobre aquel hecho, el niño había muerto y no había sabido la razón de que se madre lo abandonara cuando estaba en la flor del dolor.

-         Disculpe, ya tiene que irse- Alix le recordó a la mujer que aquel niño ya no pertenecía mas a este mundo y tenia que apresurarse para que el hechizo cumpliera su objetivo.
-         Adiós, mami te dejo mi osito y quiero que cada niño que pida tu ayuda se lo preste y se sienta fuerte como yo, a tu lado… dile a papá cuando regrese que siempre lo amare- el niño dejo su oso en los brazos de la mujer mientras se desvanecía entre destellos amarillos y blancos.
-         Si mi pequeño, lo haré con gusto sin importar donde te encuentres estoy segura- la madre sollozaba entrecortadamente.

-         …todo a terminado…- Alix se desplomo y fue rápidamente atendido por enfermeras que al igual atendían a su compañera que seguía en estado de shock por lo ocurrido.

Todo regreso a la normalidad, las personas volvieron a pasar por el pasillo ya sin ninguna preocupación de que algo o alguien les jugara bromas pesadas o que el ambiente se sintiera pesado y abrumador para quienes pasaban por ese lugar, así lentamente se volvió un suave rumor entre los que habían presenciado lo ocurrido. Alix volvió a la habitación nuevamente estado inconsciente, su cuerpo seguía demasiado frágil y no soportaba el riesgo de su trabajo que era de constantes enfrentamientos entre diversas energías que de por si desgastaban mucho el cuerpo.

Dormía tranquilamente, nada le había despertado hasta que alguien ingreso en la habitación y le despertó junto con Lin quien había vuelto a tomar un descanso matutino.

-         Disculpen si los desperté, pero tenia que venir a agradecer lo que hicieron por mi hijo y por mi- era la famosa enfermera que parecía que salía de su turno.
-         No tiene nada de que agradecerme ese es mi trabajo, pero ¿me podría decir su nombre?- Alix tomaba un pequeño libro de apuntes que había conseguido después de salir del coma e inicio a indagar en sus hojas.
-         Mi nombre es Kazako Hina, mi esposo Kogaku quien ahora esta de viaje por su trabajo. Desde  que mi hijo nació, mi querido Shota. Nos mencionaron que podría sufrir de muchas enfermedades ya que había nacido prematuro- la madre aun portaba con el oso que con anterioridad le había dejado el mismo infante- mi hijo siempre fue muy activo y hacendoso, pero le propuse hacerse unos análisis para ver si estaba bien y que ninguna cosa le afectara.


Alix miraba atentamente a esta quien no le miraba, esta forma de observarla era simple curiosidad de parte de alguien que desconocía toda la historia y de algún modo siempre  las personas que sabían que podían ayudara a través de el  ya que les daban la oportunidad de  contactar con aquellos que le recordaban y ya no se encontraban entre ellos. Hina volteaba a ver a los dos hombres que le miraban sin palabra alguna solo proseguía cada vez que su paciente en turno movía la cabeza marcándole que aun podía seguir con su historia.

-         Shota, iba a cumplir siete años cuando decidí lo de los análisis porque no había estado muy bien de salud… con ello descubrí que tenia leucemia linfoblástica aguda y ya estaba desarrollada, pero mis compañeros del hospital me dijeron que podrían ayudarme con el tratamiento… y que mantuviera la esperanza en que el se recuperaría- la voz de Hina se corto y empezó a llorar, lloraba por desesperación de saber que no había logrado salvar a una de las cosas mas queridas en su vida.
-         Entiendo, Señora Hina. Pero aun así su hijo ya no tenia nada que hacer en este plano y espero que lo entienda, estaría sufriendo aun mas después de la enfermedad… pero que no le quepa duda que el esta muy agradecido con usted y con su padre- Alix cerro repentinamente el libro y señalo que Lin, le quitara la bandeja de comida que le  habían puesto ya que no  le agradaba el alimento del hospital por razones muy propias.

Hina se percato de lo que ocurría  entre Lin y Alix, por lo cual se limpio las lagrimas y se puso de pie, en la postura de una madre estricta apunto a Alix quien se negaba rotundamente a comer eso que tenia en pequeños platos de blancos.

-         Aun que allá salvado a mi hijo, eso no quiere decir que le voy a permitir que no coma nada de eso. Ande que es mejor para que se recupere y se lo dijo como su amiga, ya no como su enfermera- dejo de sonreír y despidiéndose con un ademán, salio de la habitación sin nada mas que decir.

Y así fue, quedaron los tres en la habitación nuevamente silenciosa. Mientras Lin miraba las noticias en la televisión reposándose en el sillón un rato después de lo ocurrido, Alix comía malhumorado el caldo de verduras que tenia enfrente y Kagamí se reía haciéndolo enojar más de lo que estaba. Aun que solo este le lanzaba miradas furibundas a la niña que poco le importaban y seguía en su molestar infantil, mientras rompía consecutivamente una que otra cuchara y por fortuna ya había mas de repuesto.

-         vamos, come nada te cuesta y se ve buenísimo. Si es que quieres salir de este lugar pronto- la niña se sentaba aun lado para observar aquel adulto que miraba dudoso el extraño guisado que tenia al frente.
-         Esta bien. Lin, ¿Qué lograste saber de Kazako Shota?- detuvo la cuchara algunos centímetros de su boca y espero respuesta.
-         Supe que el niño tenia una relación muy estrecha con su padre y cada vez que este tenia vacaciones lo traía al medico por su cuenta. Y esperaban en aquel pasillo hasta que les tocaba pasar…- Lin apago el televisor y se  puso de pie y abrió las cortinas blancas, para que pasara un poco mas de luz.
-         Los recuerdos le amarraban a ese lugar- se quedo analizando un poco mas hasta que Lin le arrebato la cuchara y se la introdujo a la boca.
-         No cabe duda, Davis eres todo un niño por dentro- Kagamí aun se burlaba, pero era mas que obvio ya que el otro era un “mayor y responsable adulto, que entendía todo”

No hay cosa mas angustiosa que saber que alguien necesita ayuda y saber la mejor forma de animar a ese ser tan especial, pero estar tan lejos de saber si eso va ayudar de la mejor manera y hay veces que el destino como la ciencia nos juegas las peores bromas y desahucia nuestras esperanzas, en una que otra contada nos anima a seguir luchando aun que desconozcamos que hay mas allá de eso. Shota era apenas un niño, no era capaz de comprenderlo todo a la claridad y como todo niño su mayor deseo era estar al lado de su madre y que este le cuidara noche tras noche, por eso quería aun desde el mas allá la compañía de esta aun que tuviera que llevársela con el. Desde un punto de vista frió, era una tontería ocasionar tanto caos en aquel hospital solo por no comprender que ya su madre no podría seguirlo peor de algún modo era un deseo inocente y dichoso de parte de un niño que aun queriendo nunca podríamos comprender el sufrimiento que lo orillo hacer tales cosas.

    -vamos Lin, déjame de dar el boca  no soy…- le interrumpía cada vez que iniciaba una                                                            queja mas metiendo la cuchara llena de calabazas rellenas de mas verduras.
-  si lo se, Alix pero si queremos seguir por lo que realmente estamos aquí tendrás que aliviarte lo mas rápido que se pueda- dejaba la cuchara a un lado y movía la bandeja a un lado- con eso esta bien, ahora sigue con eso- a demás creo que sigues rompiendo las cucharas nos las cobraran al por mayor.
- Kagamí, puedes ir a dar una vuelta creo que si te ayudare a buscar lo que quieres- Davis se recostó nuevamente y subió las sabanas hasta cubrir su tronco, aun así entre cerro los ojos y espero respuesta de la menor.
- ¡genial!, sabia que si me ibas ayudar. Al final no eres tan malo como aparentas Oli- antes esto el pequeño fantasma se esfumo de la habitación, no había partido de hay por que no estaba aun seguro de que aquel hombre le ayudaría desde aquel día en que se encontraron.

Las horas pasaron veloces en la habitación entre quejas, paseos en diversos pisos que no había alguno que no tuviese un fantasma impactado de la habilidad de Alix o porque se pedía una y otra vez un tenedor, gracias a que Alix se había ganado la maña de romperlos con la dichosa telequinesis de estos eventos casi todo el piso se había enterado así que la hora de cada comida había un montón de gente que se acolo meraba en la entra para ver si era verdad del dichoso poder de aquel que se pensaba que era un famoso psíquico extranjero, pero antes de que pudieran confirmarlo el mismo Alix los corría del lugar  de maneras tan secas como se le habían hecho posibles.

Las enfermeras, ya estaban acostumbradas a esto y claro los doctores ya sabían como era su singular paciente que de vez encunado informaba de uno que otro fantasma mas en el área y así llego el ultimo día de su estadía en el hospital.

-         espero que nos veamos pronto mi señor Alix y espero que no sea como pacientes- le despedían algunas enfermeras y doctores desde las puertas del hospital, que habían logrado descubrir un poco mas allá de lo que el aparentaba.
-         Espero que así sea, hasta luego- estaban ya en el exterior de aquel lugar y ya al pequeño equipo le espera una mitsubishi negra.
-         Vamos, es hora de iniciar con un caso que te espera desde hace un mes- Lin reiniciaba el andar a la camioneta que hacia en su espera.

Alix proseguía a su lado de Lin,  mientras Kagamí le acompañaba unos pasos atrás. Todo se escuchaba muy silencioso y ninguno había mencionado nada, solo dejaban que el silencio se paseara entre sus bocas y dejara una paz alarmante, que de algún modo era extraño ya que no había de que temer y ya que todo estaba terminado desde momento que habían puesto el primer pie en fuera del resiento, pero algo se arrastraba silencioso tras ellos algo que el único que lograba  presentir era Alix.

-         me alegra que ya todo allá terminado- Kagamí se movía silenciosa, siguiendo a su jefe y a  Lin quien estaba demasiado apresurado ya que ya tenia las puertas de la camioneta abierta y les miraba con cierta impaciencia.
-         No lo creo así, Kagamí, esto apenas inicias- un frío aire desordeno los cabellos del hombre y agito su gabardina negra, ondeándola de un lado al otro.
-         ¿a que te refieres, Alix? No entiendo- la niña aun no era muy hábil con lo de los adultos y sus formas de hablar de este.
-         Que esto es solo un comienzo de lo que viene. Kagamí vamos apresúrate- le pedía Lin quien ya estaba en el interior de la camioneta.

A cada paso de Alix, algo se despertaba y de eso estaba mas que conciente, nada había terminado solo había sido el despeje de un iniciación de algo mucho mas grande de lo que había sido antes de su accidente y esta vez se veía un poco mas la tormenta que había entre este mundo y el mas allá, por lo cual la guerra se marcaba mucho mas que anterior mente.